Vie. May 3rd, 2024

Por el Capitán Piloto Aviador Enrique A. Guerrero Osuna

De un tiempo para acá, se puso de moda el de que algunos grupos de ciudadanos, al parecer disgustados con la presencia de elementos del Ejército Mexicano los ataquen sin ton ni son utilizando todo tipo de proyectiles y armas improvisadas, dichos ataques también fueron verbales utilizando el peor lenguaje de los arrieros mexicanos del siglo XIX. Los soldados impertérritos soportaron estoicamente la avalancha que se les vino encima sin mover un dedo, sin responder nada, simplemente replegándose y permitiendo que la turbamulta desenfrenada les lance piedras y los ataquen con garrotes, tubos, y lo que encuentren a la mano para provocarles daño físico a ellos y a sus vehículos propiedad de la nación.

Es notorio para mí el hecho de que solo se esté atacando al personal del ejército, ni los marinos ni mucho menos personal de la fuerza aérea han sufrido agresiones de este tipo. De la Guardia Nacional, “guardias rurales” para mí no podemos opinar por qué no se sabe nada, no hay información. Se supone que ya andan patrullando en la mayoría de los estados, pero existe una cortina gris que no acaba de aclararse.

La orden presidencial a las fuerzas armadas fue bastante clara: “abrazos no balazos”. Si por eso debemos entender, como Obrador mismo lo señala, que no se van a voltear las armas nacionales para atacar al pueblo bueno, sabio y honrado, entonces ¿para qué utilizarlos en primer lugar? Es una incongruencia tan grande que sorprende la frialdad con la que todas las mañanas se felicita a los soldados por su inactividad. Es como si se les ordenara: “vayan a detener al enemigo, pero no les disparen”. Esto parece un drama shakesperiano: “tú be or not to be” (ser o no ser) esa es la cuestión. A un soldado se le entrena para la guerra, no es otra su misión. El utilizarlos para labores policiales es una mediocridad. Si los mandos superiores no se quejan y protegen a sus subordinados, los van a seguir humillando.

El estado debe garantizar la seguridad pública. El argumento es que todas las policías, llámense como se llamen en los tres niveles del gobierno están totalmente rebasadas, son absolutamente incapaces de hacer nada, están infiltradas por la delincuencia y como dice Obrador: “son una olla enorme de corrupción” pero al mismo tiempo no hace nada para combatirla, solo las desaparece y para llevar a cabo sus funciones, designa a las fuerzas armadas. Fácil ¿no? El problema es que así no van a funcionar las cosas.

Para darle visos de legalidad a los atropellos presidenciales se sigue el camino fácil y populista de cambiar la constitución, así ya queda todo dentro de la ley. Con un congreso servil no hay ocurrencia que no le autoricen. El caso de las fuerzas armadas es paradigmático de estos manoteos legaloides. El caso es que ya mandaron a los soldados a patrullar las calles, pero con una orden estricta del comandante supremo: no suprimir al pueblo, ¿Qué diablos significa esto? En el caso de Obrador, no utilizar la fuerza ni mucho menos las armas para controlar alguna situación violenta. Tesis obradorista: la violencia no se debe combatir con violencia porque genera más violencia. En ese contexto entonces que diga Obrador, cómo debe controlarse a una turbamulta enfurecida. Además, se trata del pueblo, se portan mal por necesidad, no roban nada más por robar. Él cree, y está plenamente convencido de ello que, repartiendo dinero a manos llenas, se van a acabar los problemas, “por el bien de México, primero los pobres”, repetido una y otra vez hasta el hastío puede llegar a funcionar según Goebbels, entonces “los pobres serán libres”. Pero Obrador solo ve lo que le conviene, los mismos nazis le envían desde el averno un mensaje directo: “arbei mach frei” (el trabajo nos hará libres), ¿qué no captará eso? Trabajo es igual a producción, pero esa verdad no la acepta el “iluminado”, prefiere hacerla de Santa Claus y seguir repartiendo millones a costa nuestra, nunca pone un cinco de su bolsillo. Tengan por seguro que así ni él ni su familia se van a quedar sin recursos propios.

¿Por qué razón los soldados se dejan humillar? Por temor. Y voy a explicar por qué. Están amenazados indebidamente por sus superiores de que deben respetar la orden presidencial de no contestar provocaciones, amenazas ni ofensas, de doblar las manitas y calladamente replegarse, el que no obedezca lo procesan, así de fácil. Por el otro lado está el temor natural a ser heridos, o ¿qué pensara Obrador que las pedradas no duelen? Tampoco los leñazos. Ya hubo una primera víctima mortal, un teniente de infantería, hecho ante el cual tanto el presidente como el secretario de la defensa guardaron un vergonzoso silencio. Una y otra vez se sucedieron los ataques. Finalmente, y supongo ante la presión pública, la secretaria de la defensa les ordena a sus elementos que están autorizados a usar sus armas en caso de agresión. Eso señores, contraviene una orden presidencial y concepto hipie de los 60as por añadidura, de “amor y paz”.

Hasta ahorita solo la secretaria de la defensa en contra de Obrador les ordena defenderse a sus soldados, ni siquiera la secretaria de marina ha dicho esta boca es mía, no se han pronunciado ni a favor ni en contra. Ellos pueden alegar: a nosotros no nos han atacado. ¿Y que esperaran? ¿Qué les maten a un marino para actuar? Mediocridad volviste por tus fueros. Ante la orden de la SDN que contraviene la suya propia, Obrador no ha dicho nada, simplemente finge demencia y deja correr las cosas. Nadie da explicaciones de tantas incongruencias.

Las expresiones infantiles de “fuchi y guacala” son impropias de una investidura presidencial que se respete, pero Obrador ya nos tiene acostumbrados a estas barbaridades y a otras aún peores que sobajan su personalidad a un nivel de carretonero. ¿Qué pensará? ¿Qué se oye muy simpático diciendo esas tonterías?

Existen dos conceptos obradoristas que se nos vienen encima como castigos divinos:

Uno. La educación total y absolutamente en manos del estado. Requisito indispensable de un buen populista que se precie de serlo para sojuzgar a las masas. Otro paso de control va a ser el establecimiento de un servicio estatal de internet, ¡hasta las rancherías quiere controlar! Dentro de estos puntos sigue insistiendo en la peregrina idea de fundar 100 universidades, como si fuera cualquier cosa, como si lo que sobrara fuera dinero. ¿Tendrá acaso alguna idea de lo que es una universidad?  ¿Lo que cuesta? Nadie le dice que no.

Se ha creado entre el ejército y la guardia nacional una nube gris en la que nadie puede ver con certeza la diferencia. Los objetivos en cuanto a reclutamiento no han dado los resultados esperados, ya que es notorio que se están utilizando cada vez un mayor número de efectivos del ejército para cubrir las necesidades auto generadas de la guardia nacional (y digo auto generadas porque nadie los llamó, eso fue idea de Obrador, de nadie más). No hay forma de transportarlos, no hay manera de alojarlos, a propósito, en una visita reciente que hicimos a la Escuela Militar de Aviación en Zapopán, Jalisco, pudimos observar un gran avance en cuanto a instalaciones se refiere; sin embargo, las antiguas construcciones, especialmente los antiguos dormitorios de los cadetes, son utilizados para alojar personal femenino de la guardia nacional, excuso decirles que las condiciones son deplorables, faltos de limpieza y sin ninguna protección contra los mosquitos. A lo que voy es a lo siguiente: a falta de organización y coordinación para operar una fuerza como la guardia nacional se están improvisando alojamientos ya existentes y a punto de ser derrumbados, lo anterior es una clara muestra que las decisiones presidenciales se están tratando de cubrir a como dé lugar. En el Colegio del Aire existe actualmente una riesgosa sobre población de personal que nada tiene que ver con las actividades docentes de la Fuerza Aérea Mexicana, situación incongruente que debe ser resuelta a la mayor brevedad y dejarse de andar mezclando una cosa con la otra.

En suma: se puede observar como la decisión de “echar a volar” a la dichosa guardia nacional fue tomada muy, pero muy a la ligera, con un sentido populista que nada tiene que ver con las necesidades reales para combatir la delincuencia organizada y también la desorganizada, pues mientras a lo largo y ancho del país campea la violencia sin trabas, la guardia nacional anda dando tumbos de improvisación, sin medios de transporte, sin alojamientos y sin condiciones que garanticen las mínimas comodidades para el desempeño de sus funciones, en pocas palabras, como diría mi abuelita: solos “andan hechos pelotas” y los chicos malos burlándose y carcajeándose de ellos. Eso sí, llevan la orden terminante de “abrazos y no balazos” (es hora que los delincuentes no se dejan abrazar). Para mí, el hecho de que se recurra a edificaciones viejas y obsoletas a punto de ser derrumbadas, es signo inequívoco de la desesperación de este gobierno por tratar de aparentar algo para lo cual ni remotamente estaban preparados y de que no se trata de una organización civil, es una organización militar completa y encubierta o disfrazada de civil para engañar al pueblo de México. Guardia civil-Ejército mexicano, al rato no vamos a saber la diferencia, de hecho es una sola organización, pero nos están “dorando” la píldora.

Pero bien a bien ¿Cuál es el objeto de permitir tanta humillación a los soldados? ¿Por qué el secretario de la defensa permite que se haga eso con sus subordinados sin ninguna necesidad? Esos motivos me temo que van a permanecer ocultos, tan ocultos como los motivos por los que el presidente de la república lanzó un exhorto la noche del 15 de septiembre del 2019 en palacio nacional a la “fraternidad universal”. Haciendo un poco de investigación encontramos que el termino fraternidad universal se refiere a una secta religiosa fundada en Caracas, Venezuela (¿casualidad?), por el señor Serge Raynaud, eso de por sí ya es inadmisible en un presidente de la república dadas las restricciones impuestas por nuestra Carta Magna. En español, en árabe, en afrikáans, en inglés y en francés se llama: menosprecio por la ley. Obrador, en su calidad de ciudadano mexicano común y corriente puede profesar la creencia religiosa que más le acomode, pero nada más. El congreso de la unión debería cuestionar, hacer un extrañamiento o lo que legalmente proceda para que Obrador explique por qué razón lanzó ese grito jugando con la euforia de todos los que estaban en la explanada del zócalo. Fue tal su control de la masa vociferante que los hizo “vivificar”, incluso a “héroes anónimos” que solo él conoce pero como quiera logró que se les lanzaran “vivas”.

Otra grave omisión y que sin embargo debido a su reiteración en una y en x número de ceremonias oficiales parece ser que nadie le indica sus errores, es la del saludo o como se dice oficialmente: “demostraciones de respeto”. Yo propongo que a Obrador se le den clases de civismo y respeto por los símbolos patrios una vez al día. El señor ignora por completo que en su pecho porta la bandera nacional en la versión de banda presidencial, y que una bandera solo saluda a otra bandera. No sé si alguno de ustedes recuerda cuando el presidente asiste a un acto oficial en donde se encuentra la bandera de México con su respectiva escolta, el presidente va y saluda la bandera, pero haciendo el saludo militar, posteriormente, la bandera saluda recíprocamente a la que él porta. ¿El secretario de la defensa nacional no le habrá dicho a Obrador que el saludo a la altura del pecho con el brazo derecho a noventa grados y con la palma de la mano hacia abajo es un saludo civil y que él no debe hacerlo en virtud de estar investido del grado de comandante supremo de las fuerzas armadas mexicanas? Es el colmo de la ignorancia el menosprecio y la grosería llevados a su máxima expresión. Este presidente es un ignorante. Yo protesto como ciudadano por esta falta de respeto de Obrador y exijo que se le eduque.

Las fuerzas armadas mexicanas, muy marcadamente el Ejército Mexicano están siendo sujetas a un trato totalmente indebido y muy humillante disfrazado de legalidad a través de reformas al vapor de la constitución para asignarles tareas que no le corresponden y si ambos secretarios no se oponen a esa situación anómala, vamos a seguir viendo a nuestros estoicos soldados recibir un trato de “piñatas” en posada navideña, deporte que al parecer es del agrado de Obrador.

P.D. ¿En dónde andarán los $ 500,000 millones de ahorro por barrer las escaleras de arriba hacia abajo? Con todo respeto es solo una pregunta.

Gracias por leer, desde la lluviosa ciudad de Guadalajara. Buen día.

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