Dom. May 19th, 2024

Ariel Vilchis

buro politico

El populismo, muy de moda en nuestros tiempos, suele rechazar todo lo que represente diversidad y pondera una sola verdad. Los populistas afirman que ellos y solo ellos son los buenos, los demócratas, la voz del pueblo y que solo ellos representan sus intereses.

Los populistas pueden ser de derecha o de izquierda, el objeto de este análisis no se centra en ello. Sin embargo, existe una característica que se puede resaltar y aplicar a lo que pasa en nuestro entorno y que tiene que ver con los discursos y la forma en la que se comunican los actores políticos: la polarización en los mensajes de una parte de la clase política que llegó al poder el pasado 1 de julio.

De este modo encontramos que algunos de nuestros representantes populares utilizan el histrionismo a falta de un verdadero discurso, plan o estrategia política y ante su poca capacidad recurren a las promesas y la confrontación descalificando todo aquello que esté en su contra o que exponga sus carencias.

Un claro ejemplo de ello es la senadora de la república Lucía Trasviña Waldenrath que ya desde campaña, en el proceso electoral, preparaba listas de “corruptos, vende patrias y saqueadores”, señalando en redes sociales a políticos y funcionarios a diestra y siniestra sin que hasta el momento haya hecho un solo pronunciamiento en tribuna del senado o haya presentado denuncia ante las autoridades competentes por aquellos dichos. Populismo puro.

Es esta lucha entre buenos y malos, entre intachables y corruptos lo que polariza el discurso y es caldo de cultivo para los populistas que, continuando con el ejemplo de la senadora y sus seguidores, llegan al extremo de generar odio e incitar a la violencia contra los medios de comunicación utilizando nuevamente las redes sociales como instrumento y la calumnia como único argumento al grito de “mueran los medios de comunicación”.

Lo anterior ejemplifica de manera puntual este rasgo del populismo que trata de minar la credibilidad de los medios de comunicación, intentando recurrir a prácticas de comunicación directa para evadir la comunicación tradicional y así marcar la agenda. Sin embargo, no puede pasarse por alto que en los regímenes democráticos los medios de comunicación juegan un papel fundamental. Por supuesto que no deben olvidarlo aquellos políticos con tendencias populistas.

En un momento en el que los medios de comunicación en México y en Baja California Sur se han visto ensombrecidos por la violencia, los actores políticos deben ser cuidadosos en sus expresiones, sobre todo aquellas que no le abonan al clima de tranquilidad que la sociedad reclama. El actor político, y sobre todo el populista, debe preocuparse más por no caer en el desprestigio de promesas no cumplidas, escándalos, o no alcanzar las expectativas del cargo para el que fue electo. Al final de cuentas tendrán que enfrentarse al escrutinio público y los medios de comunicación estarán ahí, aun cuando su periodo haya concluido. Es mi opinión, al tiempo…

Sus comentarios a rostrosyperfilesbcs@gmail.com

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