Jue. Abr 25th, 2024

César de Jesús Ortega Salgado

En una de esas noches de película que hoy se han acentuado por la pandemia y viendo “Mank”, centrada en la figura de Herman Mankiewicz, hermano del mítico realizador Joseph Leo Mankiewicz y coguionista, junto a Orson Welles, de la icónica película “Ciudadano Kane” (1941), dirigida, coescrita, producida y protagonizada por Welles, que está considerada como una de las más grandes obras maestras de toda la historia del cine, por su innovación en la música, la fotografía y la estructura narrativa, para la época.

En “Ciudadano Kane” se examina la vida y el legado de Charles Foster Kane y basado en el magnate de la prensa William Randolph Hearst, describiendo su carrera en la industria editorial, su inclinación al idealismo y del servicio social, pero evoluciona gradualmente en una despiadada búsqueda de poder.

Sin embargo, “Mank”, es la versión actual para narrar la historia oculta y darle el debido crédito a Mankiewicz, del premio Oscar al Mejor Guion en 1942, aunque esta película va más allá al reflejar la era de los grandes estudios de Hollywood, sobre las miserias de la Gran Depresión y sobre el altísimo costo que tienen que pagar aquellos que se atreven a desafiar a los poderes de turno.

Precisamente por lo anterior, llama especialmente mi atención la escena donde el poderoso William Randolph Hearst le cuenta a Herman Mankiewicz la fábula de “El Organillero y el Mono”, para describirle el poder que él representaba.

“Había una vez un organillero muy ingenioso que había entrenado a un mono para darle vuelta a la manivela del órgano. Cada semana el organillero componía una nueva canción para que el órgano sonara diferente, aunque el mono lo único que sabía era que sólo con darle vuelta, el órgano reproducía música y por ello se creía muy poderoso, teniendo la idea de que el organillero dependía de su habilidad de darle vuelta a la manivela y bailar, para acaparar la atención de los sorprendidos espectadores y además estos le entregaran al final unas monedas en una vieja taza de latón.

Sin embargo, el mono nunca se dio cuenta de que estaba encadenado y que dependía absolutamente del organillero. No obstante, un buen día el organillero recibió una fuerte suma de monedas de parte de un ambicioso hombre, para comprar el mono, que fue substituido por otro que aprendió rápido las mismas habilidades, pero también sujeto a una cadena. El viejo mono nunca comprendió porque por más que le daba vuelta a la manivela de otros órganos, no reproducía música; el mono comprendió que lo único que conservó fue la cadena alrededor de su cuello y el hombre se quedó con un instrumento que ni él, ni el mono comprendían. Porque la música, la hace un músico, ni el órgano, ni el mono».

Saliendo de este mundo de películas, fábula y lecciones de poder, para regresar a nuestra realidad política, de la misma manera, hoy adquiere una importancia fundamental tener plena conciencia de lo que sucede en nuestro entorno e ir identificando hacia dónde nos llevan como sociedad quienes detentan el poder público, sobre todo cuando se ha instalado la XVI Legislatura en nuestro estado, el día 10 de septiembre es la toma protesta del gobernador  y en los próximos días harán lo propio y de manera consecutiva los ayuntamientos de Mulegé el 24, de Loreto el 25, Comondú el 26, La Paz el 27 y Los Cabos el 28 de septiembre.

Estas autoridades emanadas de un proceso electoral tienen el compromiso de responder a las expectativas ciudadanas, pero también asumen una gran responsabilidad las oposiciones derivadas de los diferentes partidos políticos.

También es oportuno referenciar que el proceso democrático mediante el cual son elegidas nuestras autoridades, en ocasiones pasa desapercibido y no valoramos debidamente lo que hoy tenemos, cuando los apetitos de desaparecer elecciones libres y voces disidentes, siempre está presente en menor o mayor medida por cada gobierno en sus diferentes niveles.

Es de tanta trascendencia la democracia que la ONU desde 1988, la Asamblea General ha adoptado al menos una resolución anual que trata sobre algún aspecto de este tema y en 2015 los líderes mundiales se comprometieron en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a un mundo en el que la democracia, el buen gobierno y el estado de derecho, así como un entorno propicio a nivel nacional e internacional, son esenciales para este propósito.

Como un dato histórico relevante, en 1964 solo unos 30 de 115 estados integrantes en ese año, tenían sistemas políticos con una oposición de partidos legalizados. Hoy tiene integrados la ONU 193 países, con un gran rezago en la implementación de procesos democráticos.

Por ello la importancia de la oposición política, considerando que es inherente a la institucionalidad de un régimen, al constituir el equilibrio del sistema en el ejercicio del poder público. La oposición es la que le da sentido a los pesos y contrapesos en un sistema democrático.

Parafraseando la fábula de “El Organillero y el Mono”, deseamos como ciudadanos, tener “Organilleros” con menos apego a los bienes materiales y que compongan melodías de comprensión y solidaridad con las mejores causas de la sociedad, “Monos” que alejen la soberbia y no necesiten cadenas para brindar gentilmente un espectáculo digno; porque finalmente incluidos todos lo que somos espectadores, formamos temporalmente una parte de la función, que como todo evento artístico tiene su hora de inicio e irremediablemente un final, unas veces de tres y otras de seis años.

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